La nueva sociología de la infancia.
Aportaciones de una mirada distinta. Lourdes Gaitán Muñoz
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Socialización de infancia en la teoría Sociológica1
Lourdes Gaitán
Grupo de sociología de la infancia y la
adolescencia
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PRIMEROS PASOS.-
Desde
de los años ochenta (coincidiendo en la década con los movimientos a favor de
los derechos de los niño), sociólogos ha tratado de orillar los enfoques
habituales en la sociología, dando voz a los niños, haciéndose eco de su
actuar específico.
Ruth Benedict y
Margaret Mead, pioneras ambas en la idea de que la infancia es una
construcción social.
Demostraron que las
nociones de infancia varían fuertemente entre culturas, afectadas en parte
por el papel económico que juegan los niños en una determinada sociedad
concreta.
En la citada obra,
esta escritora sueca expresa su optimismo basado en la creencia de que una
adecuada educación de los niños logrará hacer realidad un mundo mejor en el
futuro. Aunque su discurso podría inscribirse, hoy, en la que los modernos
sociólogos de la infancia critican como una visión sacralizada y
sentimentalizada de la vida del niño, algunas de sus proposiciones sí evocan
la idea del niño como agente.
Así cuando afirma
que en la familia «tiene derechos y obligaciones tan firmemente establecidos como
los de sus padres» o cuando dice que la nueva escuela debe preparar a los
niños para la vida, adaptándose al propio mundo de los niños y creando
experiencia de aprendizaje a través de
su propia
actividad, siendo la finalidad de la educación, en la familia o en la
escuela, que cada niño se convierta en una persona libre e independiente.
… (Qvortrup) Antes
los niños habían estado valorados por su contribución económica directa a su
familia y al mercado de trabajo, pero después pasaron a verse como seres dependientes
que están siendo socializados, considerándose su actividad escolar una fase
preparatoria en este contexto.
Qvortrup estima que
se debe pensar en el trabajo escolar de los niños como verdadero trabajo,
como económicamente valioso, puesto que la preparación forma parte del
proceso de producción.
(…) el postulado de
que la infancia (como un elemento estructural y como una posición de estatus)
cambia en tiempo y espacio de acuerdo con las necesidades e intereses de la
sociedad adulta dominante
TEORÍAS DE INFANCIA
Se ha empezado a
señalar los que consideran enfoques predominantes en el estudio de la
infancia, que para Mayall (2002) o Alanen (2003) son los siguientes:
1. Sociología de los niños: los niños merecen ser estudiados por sí mismos y desde
sus propias perspectivas. Los niños son actores sociales en los mundos
sociales en los que ellos participan y la investigación debe enfocarse
directamente sobre ellos y sus condiciones de vida, actividades, relaciones,
conocimiento y experiencias. Se ve al niño como agente, participante en la
construcción de conocimiento y experiencia diaria y se otorga especial
importancia a las visiones propias de los niños.
2. Sociología deconstructiva de la infancia: está basada en metodologías post-positivistas y sus
implicaciones (construccionistas) para la investigación social, siendo
Foucault la principal fuente de inspiración. Las nociones sobre niño, niños o
infancia son tratadas como formaciones discursivas socialmente construidas, a
través de las cuales las ideas, imágenes y conocimiento de los niños y la
infancia se comunican en la vida social.
La vida de los niños aparece en este enfoque englobada en la categoría
definida como infancia. El objetivo de la investigación es ligar cualquier
hecho relevante observado en el nivel de la vida de los niños (condición
socioeconómica, estatus político o sentido de identidad) con contextos de
macro nivel y explicar aquel hecho con referencia a las estructuras y mecanismos
sociales que operan en el macro-contexto y generan efectos en el nivel del
grupo infantil.
RASGOS COMUNES Y
ENFOQUES PARTICULARES
Se hace una comparación de los enfoques pasados, esta comparación se
realiza fijando la atención en los siguientes aspectos: planteamiento
general, conceptos clave y términos más utilizados en cada enfoque, temas de
principal interés, así como la metodología que, de acuerdo con el
planteamiento general y con su principal fundamento teórico, es de
utilización preferente en cada uno de ellos.
A) PLANTEAMIENTO GENERAL
El enfoque
estructural, de nueve tesis, seis se dedican a conceptuar a la infancia como
parte de la estructura social, dos a definir el papel y la posición de los
niños en la sociedad y una se refiere a cierta ideología latente en la
sociedad, que incide también de alguna manera en las nociones de dependencia
e invisibilidad mencionadas en la tesis anterior. En el enfoque
construccionista, de seis claves, tres se refieren al modo de entender la
infancia, dos a la actuación de los niños y una guarda relación con aspectos
teórico metodológicos.
Por fin, el enfoque
relacional dedica una sola propuesta a la definición de la infancia, tres a
los niños y una, también al enfoque teórico que considera más adecuado.
B) TÉRMINOS Y CONCEPTOS
En el enfoque
estructural el término más mencionado es el de «infancia», en el
construccionista el de «niño» y en el relacional el de «niños» y ello siempre
para referirse al conjunto del objeto estudiado que resultaría ser de este
modo, y una vez más, en el primero una parte de la estructura, en el segundo
un referente simbólico y en el tercero un conjunto de personas, o gente
pequeña, como se cita a menudo.
Del mismo modo,
para referirse a la actividad de estas personas, el enfoque estructural prefiere
el término «actor social»; el construccionista emplea «agency»,
término que los
propios autores hacen equivalente a «creación productiva»; mientras que en el
enfoque relacional se habla directamente de «agentes».
Respecto a los
conceptos clave en cada uno de los enfoques, cabe llamar la atención acerca
de los que están presentes en uno solo de ellos. Entre los primeros cuentan
los de estructura social y justicia distributiva en el enfoque estructural;
construcción social, cultura de los niños y visiones o representaciones de
los mismos en el construccionista; género y relaciones de los niños en el
relacional. Entre los compartidos están, por un lado, los de generación y
grupo minoritario, que aparecen en el enfoque estructural y en el relacional
y, por otro, los referidos a las relaciones (sociales) de los niños, que
aparecen en el segundo y tercero enfoques de los comentados.
C) TEMAS DE INTERÉS
En el enfoque
estructural se han reflejado los
temas de estudio
seleccionados para la realización
del proyecto internacional
La infancia como fenómeno social, que fueron ampliados en el curso de
la investigación, dando pie a
formulaciones teóricas y a proyectos de investigación posteriores. El más
reciente, en esta línea, se ha realizado en el marco del COST1 A 19
Children’s Welfare y comprende los estudios de 15 países, reunidos en dos
tomos ya publicados (Jensen, A., y otros, 2004).
En el caso del
enfoque construccionista se dió, en una primera etapa, una fuerte crítica a
las visiones proporcionadas por la psicología evolutiva y por la teoría
parsoniana de la socialización al estudio científico de la vida de los niños
y al saber cotidiano acerca de la infancia.
D) ENFOQUES METODOLÓGICOS
Estructural.-
especialmente cuantitativas; búsqueda a través de fuentes secundarias,
explotaciones específicas de datos estadísticos comunes, demanda de datos
específicos sobre los niños en estadísticas corrientes.
Construccionista.-
enfoque etnográfico o antropológico, con sus herramientas, correspondientes,
en especial la observación participante. Conexión con estudios culturales.
Relacional.-
especialmente cualitativa, entrevistas individuales o grupales, con niños,
así como con madres y profesionales, y en los propios, entornos donde se
desarrolla su vida cotidiana.
LA NOCIÓN DE
GENERACIÓN EN LA
NUEVA SOCIOLOGÍA DE
LA INFANCIA
Desde el principio
el concepto de generación fue clave para el estudio sociológico de la
infancia. El fenómeno social de la infancia es, sobre
todo, un fenómeno generacional y en consecuencia, entender las estructuras
generacionales específicas en las que los niños viven hoy y en las que se
generan sus infancias, reclama mayor atención, más estudios y herramientas
conceptuales y metodológicas más efectivas.
Se
ha procedido a repensar la generación como un sistema de relaciones entre
adultos y niños, buscando establecer la idea de un orden generacional
semejante al que da pie al sistema de clases o al sistema de género.
En todo caso, salvo
en el planteamiento del enfoque estructural, el cual contempla la presencia simultánea
de tres grandes grupos generacionales (infancia, adultos y mayores) la nueva
sociología de la infancia parece haber restringido la perspectiva a un
enfoque dualista (niños-adultos). Con ello pierde la oportunidad de observar
en profundidad ciclos largos, de tres o más generaciones, sucediéndose y
transmitiendo experiencia, o confrontándose o aliándose en el momento
presente. Pierde también la posibilidad de conectarse con otras sociologías recientes
que tienen como base grupos de poblaciones identificados en relación a la
edad.
Se
considera la infancia como fenómeno social en el enfoque estructural.
El
que ni en una ni en otra dimensión (antropológica o sociológica) el concepto
de generación posea un papel central en la sociología de la infancia de
enfoque construccionista no impide que también aquí se aplique a la
interpretación de las conductas observadas en los niños. En contraste, para
el enfoque relacional, la interacción entre generaciones (que no obstante se
reducen en este caso a dos: adultos y niños) resulta fundamental. Partiendo
de la concepción de la estructura social como «un sistema de relaciones entre
posiciones sociales» se exploran aquí las relaciones generacionales tanto en
el nivel personal como en los niveles societales. En el micronivel se
encuentran unidades similarmente estructuradas (y estructurantes).
En
el enfoque relacional también se considera posible una conceptuación de las
estructuras generacionales enfocando las conexiones internas en las
relaciones de los niños con el mundo social.
LA INVESTIGACIÓN
SOCIOLÓGICA DE
Y PARA LA INFANCIA
El estudio de la
infancia, o de la vida de los niños, no requiere la invención de ningún
método exótico, sino simplemente una aplicación rigurosa de los requisitos
metodológicos de cualquier investigación, especialmente aquellos que se
refieren a que las técnicas utilizadas deben ser capaces de captar las
particularidades concretas del grupo de personas o del fenómeno estudiado.
Los niños pueden
participar, y de hecho participan, igual que los adultos, en entrevistas
estructuradas y no estructuradas, en grupos de discusión, rellenan
cuestionarios y permiten al observador participante estar presente en sus
actividades.
La experiencia de
los investigadores de la infancia que siguen la línea que venimos comentando,
les lleva a recomendar, por un lado, algunas formas para analizar los datos
estadísticos referidos a los niños y, de otra parte, algunas técnicas
destinadas a facilitar que sus opiniones puedan ser expresadas y a darles
participación, sobre todo en los procesos de investigación orientados al
cambio.
A)
UNA FORMA DE CONTAR PARA HACER
QUE CUENTEN LOS NIÑOS
B) PREGUNTAR A LOS NIÑOS
C) INVESTIGACIÓN PARTICIPATIVA
D) RESPETAR A LOS NIÑOS EN LA INVESTIGACIÓN
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La crítica al
paradigma funcionalista de la socialización
Convencionalmente,
la sociología ha considerado la infancia como el ámbito privilegiado
para la
socialización, como una etapa donde es posible introducir primariamente
valores y
formas de conducta
socialmente aceptados, que darán lugar a una correcta integración
social. En
consecuencia, el interés de la sociología por la infancia se ha centrado, de
una
parte, en los
procesos de socialización y, de otro lado, en el análisis del comportamiento
de
las principales
instituciones encargadas de llevar a cabo el proceso socializador: familia y
escuela.
En ambos casos los
niños no constituyen el objeto formal de estudio, sino uno
instrumental
respecto a los fines principales: el orden del sistema social, el
funcionamiento
de las
instituciones sociales. Desde esa perspectiva, el objeto de estudio tampoco
era la
infancia sino el
fenómeno de la socialización de la infancia y las desviaciones que se
producían en las
pautas marcadas de este proceso. Es a estas visiones convencionales a las
que la emergente
sociología de la infancia se opone decididamente, haciendo de esta
oposición
una de sus señas de identidad.
James y Prout
(1997:13) destacan que el binarismo (niño/adulto) implícito en el
modelo psicológico
fue absorbido acríticamente en la teoría de la socialización clásica, y
de este modo los
niños son considerados dentro de ella como seres inmaduros, irracionales,
incompetentes,
asociales y aculturales, justo la cara opuesta de las características que se
atribuyen a los
adultos; en dicho supuesto, la socialización sería el proceso que transforma
mágicamente
lo uno en lo otro.
Ambert (1992) quien
critica que, tal como está
construido el
concepto de socialización, así como el de desarrollo infantil, se priva a los
niños de la
posibilidad de ser considerados actores de pleno derecho, antes bien, en este
contexto, el niño
es un mero recipiente y un futuro producto (1992:13) mientras que el niño
como
actor resultaría una disfunción en este enfoque.
Parsons del sistema
social se presume que
existen valores
centrales consensuales que operan al nivel de la personalidad individual.
Sobre la base de
esa presunción, la socialización de la infancia, a la que se considera una
realidad primaria
no socializada, consiste en la construcción de las guías instrumentales y
expresivas en la
estructura de la personalidad individual, que sirven a las expectativas del
sistema
adulto como un todo.
3. La infancia entendida como una etapa para la
socialización
Como se ha
demostrado amplia y repetidamente (Ambert, op. cit., Qvortrup, 2003) la
infancia como
objeto de conocimiento científico ha sido la gran olvidada de la sociología
hasta tiempos tan
recientes como la década de 1os años 80 del siglo pasado, cuando
diferentes autores
comienzan a dar cuenta de este olvido y proponen activamente la
recuperación de la
infancia para la sociología. Antes de eso, los niños aparecían en la
investigación
social solo esporádicamente o para ilustrar problemas sociales (como la
delincuencia) o
acompañando a la explicación de instituciones sociales, como la familia o
la
escuela.
Así puede decirse
que incluso cuando las primeras décadas del siglo XX vieron
acciones reformistas
repercutiendo en la infancia, la mirada sociológica estaba en otra
parte (Shanahan,
2007:409). Del mismo modo, el protagonismo de los niños en el
paradigma
funcionalista de la socialización se produce al pairo de un objetivo
científico
distinto,
cual es el estudio de los sistemas sociales.
Socialización y educación
Durkheim fue el
sociólogo que más tempranamente mostró interés por la infancia, aunque
no tanto por sí
misma, sino por ser ésta el objeto del conjunto de instituciones y prácticas
sociales que giran
en torno a la educación,la acción pedagógica que tiene como objeto la
superación de la
naturaleza
infantil, confusa e indeterminada, demasiado lejana de la rectitud moral que
acompaña
al ser humano adulto.
El pensamiento de
Durkheim sobre la educación no es una aplicación particular de sus
categorías
sociológicas, ni un añadido a su sociología general, sino que constituye una
parte central e
indispensable de su obra, ya que la educación actúa como ligazón de dos
conceptos
centrales: el individuo y la sociedad, y representa el instrumento necesario
para
la
reproducción más adecuada del orden social.
antes bien un
concepto general de la naturaleza infantil desarrollado al hilo de un
discurso
pedagógico y moral.
Una acción pedagógica que tiene como objeto la superación de la
naturaleza
infantil, confusa e indeterminada, demasiado lejana de la rectitud moral que
acompaña al ser
humano adulto. Llegará así a la definición de la educación como una
presión
generacional para que el niño interiorice ciertos estados físicos,
intelectuales y
morales, y
describirá el papel del niño en la interacción durante el proceso educativo
como
un estado de
pasividad similar al trance hipnótico.
El pensamiento de
Durkheim sobre la educación no es una aplicación particular de sus
categorías
sociológicas, ni un añadido a su sociología general, sino que constituye una
parte central e
indispensable de su obra, ya que la educación actúa como ligazón de dos
conceptos
centrales: el individuo y la sociedad, y representa el instrumento necesario
para
la reproducción más
adecuada del orden social. Su interés en la acción educativa proviene
de considerarla
como expresión de la presión que la sociedad ejerce sobre el individuo con
el fin de que este
internalice la cultura y las normas vigentes en la misma, viniendo a ser así,
a la par, un ser más social y más humano. Esta tarea (educativa) debe
comenzar tempranamente, ya que el ser humano no nace, sino que se hace en la
medida en que pasa a integrarse en la sociedad, esto es, a socializarse.
En la sociología de
Durkheim la familia no es un agente apropiado para llevar a cabo la
importante tarea de la educación moral. Esto es así precisamente a causa
de la calidez
familiar, porque la
afectividad que caracteriza las relaciones dentro de la familia perjudica su
efectividad como agente socializador.
Las fuentes del
interaccionismo simbólico
El
interaccionismo
propone un esquema abierto de socialización en el que las acciones
sociales contienen
trayectorias variables de naturaleza mucho más diversificada y compleja
que
la simple alternativa entre conformidad y desviación.
La explicación que
propone Mead al proceso de surgimiento del self, de la capacidad de
mirarnos a nosotros
mismos como objeto, encuentra en la infancia un momento clave.
Mead ha destacado
que, prácticamente desde el mismo momento del nacimiento, la
naturaleza del ser
humano es social y no se corresponde exclusivamente con un desarrollo biológico,
que de nada sirve si no es activado con la experiencia de la interacción.
Tendencias actuales
esta
tipología, en torno a los años sesenta/setenta se produce un
giro crucial
en la sociología del siglo XX que permite hablar de dos grandes periodos: el
primero, que transcurre desde la II Guerra Mundial hasta la crisis
intelectual de 1968, está
marcado por la
contraposición entre derechas e izquierdas sociológicas; el segundo abre un
camino muy
distinto y aún no cerrado que, en lugar de una polarización entre dos grandes
esquemas, se
presenta dividido en una pluralidad de orientaciones, escuelas y estilos.
Este
nuevo camino
comprendería el constructivismo, pero también lo que Lamo denomina el
retorno al tipo de Gran Teoría,
Construcción
social de la realidad
El tema de la
socialización es muy importante para Berger y Luckman, autores de la
influyente
obra La construcción social de la realidad (1978) en cuanto constituye
uno de
los pilares en
los que se apoya su propuesta teórica, como es la internalización. La
internalización
es el tercer momento de un proceso dialéctico continuo que se inicia con la
externalización
(el
ser humano tiene que externalizarse continuamente en actividad y el
orden social
viene a ser una producción humana realizada en el curso de esa continua
externalización)
que da paso a la objetivación (proceso por el que los productos
externalizados
de la actividad humana alcanzan el carácter de objetividad, esto es, se
perciben como
objetivos) siendo la internalización (cuando el mundo social
objetivado
vuelve a
proyectarse en la conciencia) el momento que corresponde a la aceptación de
las
reglas del
juego, con sus pros y sus contras, lo que sucede, precisamente durante la
socialización.
Un
enfoque integrador
Gidnnes
Considera que la
socialización
no es un tipo de "programación cultural" por la cual el niño
absorbe, de un
modo pasivo,
las influencias con las que entra en contacto, antes bien, desde el momento
en que nace,
el niño tiene necesidades o exigencias que afectan al comportamiento de los
responsables
de su cuidado por lo que puede afirmarse el bebé es un ser activo desde el
principio
(Giddens 2000: 52).
El
nacimiento de un niño altera las vidas de aquellos que
son
responsables de su crianza, los cuales, a su vez, experimentan un nuevo
aprendizaje y
así la
socialización pone en contacto a las diferentes generaciones. El autor
rechaza la idea
de que la
socialización consista simplemente en que nos acoplemos a unos moldes
preestablecidos
que la sociedad tiene preparados para nosotros. Al contrario, él piensa que
la
socialización también es el origen de nuestra propia individualidad y
libertad.
Para Giddens,
aunque el proceso de aprendizaje cultural –la socialización- es mucho más
intenso
durante la infancia, el aprendizaje y la adaptación continúan durante todo el
ciclo
vital. El
ciclo vital está compuesto por el conjunto de fases, de naturaleza tanto
social
como biológica
por las que pasa el ser humano, desde la niñez hasta la ancianidad. En
todas estas
etapas los individuos reciben la influencia de las diferencias culturales y
de las
circunstancias
materiales en las que vive la gente en determinados tipos de sociedades, y es
por ello que
el desarrollo individual se tiene que comprender dentro de un contexto social
amplio.
Socialización
y acción comunicativa
Para el
sociólogo alemán, es la interacción socializadora la que ha de constituir
el punto de referencia del análisis del desarrollo
del yo
Los
conceptos de habitus, capital y campo, desde la perspectiva de la
infancia.
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domingo, 22 de febrero de 2015
Cuadro comparativo "La socialización de la infancia"
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No se rescatan las teorías sociológicas y sus principales aportes a la concepción de infancia. Parece un resumen
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